Un profesor lleva a su clase varios objetos y los coloca en su escritorio. Cuando empieza la clase coge un frasco grande y vacío y procede a llenarlo con unas cuantas piedras de tamaño medio.
Entonces pregunta a sus estudiantes si el frasco está lleno.
– ¡Síiiii! – dicen todos
Entonces el profesor coge una bolsita de piedrecillas y las vacía en el frasco. Mientras agita poco a poco las piedrecillas van llenando los espacios vacíos entre las piedras más grandes. De nuevo el profesor pregunta si el frasco está lleno.
– ¡Ahora si! – responden todos riéndose.
El Profesor coge ahora una bolsita de arena y la va vaciando en el frasco sacudiendo un poco. La arena termina de llenar los espacios vacíos.
– Ahora bien – dice el profesor
– Quiero que reconozcan y entiendan que esto es como sus vidas.
– Las piedras grandes son las cosas importantes: sus familias, sus socios, su salud, sus hijos. Cosas que cuando todo lo demás se pierde todavía llenarán sus vidas.
– Las piedrecillas representan cosas que cuentan algo menos, como su trabajo, su casa, su automóvil.
– Y la arena sería todo lo demás, las cosas insignificantes en sus vidas.
– Si ustedes llenan el frasco primero con la arena, no habrá espacio para las piedras y las piedrecillas. Lo mismo ocurre con vuestras vidas. Si pierden su tiempo y energía en cosas insignificantes, nunca quedará espacio para las cosas que realmente deben importarles. Ocúpense primero de las piedras y piedrecillas, lo que más importa. Establezcan prioridades, el resto será pura arena.